Combates de gladiadores: El espectáculo estrella del anfiteatro. Los romanos adoraban este espectáculo, equiparable al fútbol de nuestros días. Los gladiadores (en un principio esclavos, aunque también podían ejercerlo como profesión) salían a la arena descalzos y con el torso descubierto. Los combates duraban de 10 a 15 minutos, hasta que un combatiente se rindiera. Estos gladiadores entrenaban muy duro y tenían una dieta con abundante carne para fortalecerse.
Estos combates eran tan populares que existían gladiadores famosos, que luchaban muy pocas veces al año y estaban muy bien pagados.
Venatores: Cazadores expertos. Usaban arcos y lanzas para masacrar a los animales. Podían incluso cazar a caballo en la arena. Estos espectáculos solían acabar con unos cazadores intactos y una gran cantidad de animales muertos.
Bestiarii: Luchadores de rango medio. En estos espectáculos el combate era equilibrado, podían ganar las fieras o los humanos. Eran más entretenidos (y sangrientos) para el público.
Los animales eran traídos desde todas partes del mundo, los más valorados eran traídos de África y Asia. Los más comunes eran los osos, los tigres y los leones, pero también se veían toros y jabalíes propios de Roma.
Números de doma: Eran pequeñas exhibiciones de animales domesticados por especialistas, donde el domador mostraba los trucos que conocía el animal.
Animales contra animales: Se enfrentaban animales de diferente especie en un duelo a muerte.
Acróbatas: En la categoría de espectáculos no sangrientos encontramos a los acróbatas, y a los jinetes expertos, que mostraban su habilidad en el anfiteatro.
Batallas navales (Naumaquias): La parte central del anfiteatro se llenaba de agua mediante un sistema de cañerías para estas espectaculares batallas navales, en las que varias embarcaciones llenas de tripulantes combatían. En esta ocasión, los combatientes si que eran condenados a muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario